PERO LO NUESTRO ES PASAR

20 de enero, 9.25 horas. de 2009

Sobre las columnas del Teatro Isabel la Católica están colocando unos cartelones como los que antes anunciaban las películas a modo de tráiler del tráiler. Espero con curiosidad a que destapen la imagen, pero para mi dolor descubro que en lugar de pintura hay una impresión digital de la cabeza de Audrey Hepburn, que se estira hacia arriba como la de Marge Simpson a causa de la mala colocación de las piezas. Cruzo los dedos para que ajusten pronto el desajuste, y me voy pensando en aquellos  pintores que reproducían con destreza los fotogramas más significativos de cada película. Se trata de un oficio que ha prescrito, que se ha perdido. Y pienso en los oficios cercanos al mío que se han ido perdiendo con una celeridad de vértigo: el cajista de imprenta, el linotipista, el litógrafo, el montador de offset, el fotocomponedor, el pintor de carteleras de cine… ¿Será el de pintor el próximo en desaparecer?

Sigo mi camino hacia la imprenta con un pen drive en el bolsillo que contiene, entre otros, un archivo con el diseño de un catálogo de 464 páginas y más de 600 imágenes que hablan de la vida y obra de Antonio Machado. Recuerdo, como si de ayer tarde se tratara, el laberinto infernal de papeles, fotos, pegamentos y transferibles de letrasset en que consistía el trabajo de diseñador hasta hace pocos años. Todo pasa y todo queda.

Pero lo nuestro es pasar. El informático me dice que el arreglo de uno de mis ordenadores tardará, con suerte, no menos de quince días. Le digo que es una herramienta imprescindible y que los encargos tienen fecha de entrega. Me contesta que no está en sus manos adelantar la reparación porque las piezas vienen de no sé dónde y que sólo existe esa vía de distribución. Le cuento la historia de Bernardo, un hombre que reparaba aparatos de radio cerca de casa de mis padres, y que, de forma orgullosa y miope, aseguraba que los radiotransistores no tenían futuro. Que dónde se pusiera un aparato de lámparas nunca tendría cabida un transistor.

Hoy me han regalado un iPod shuffle y como es lógico me he acordado de Bernardo.