Testimonio de una Madre. No te pierdas la próxima lectura de Gracia Pardo Navarro

 

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La entrada del blog de hoy quiero dedicársela a Gracia. Este JUEVES, en nuestras tertulias literarias organizadas por nuestra concejala de Cultura, Aurora Suárez,  está invitada a compartir con nosotros una experiencia vital que ha cambiado su vida para siempre y que ha tratado de plasmar en “Testimonio de una madre”, su tercer hijo, como ella suele decir, un libro redactado con el corazón y cargado de un coraje y un amor sin condiciones que me ha mantenido en vilo todo el fin de semana.

  Hoy ocho de Febrero de 2007, me he decidido a contar mi propia historia, una historia muy dura pero al mismo tiempo maravillosa. Sin embargo, para poder afirmar que, en efecto, se trata de una  historia maravillosa, antes tienes que ser capaz de verla con los ojos del alma, unos ojos especialmente abiertos, pues, normalmente cuando todo en nuestra vida marcha bien o relativamente bien, tenemos los ojos del alma dormidos. Por eso digo que, al despertar de esa especie de letargo, podemos verlo todo de manera diferente.” Tras su lectura, no he podido más que sentirme arrollado por unas convicciones tan firmes, por una personalidad tan perseverante y por un espíritu tan libre como el de Gracia, que me ha hecho recordar aquella conocida estrofa de “El Conde Lucanor” escrita por el genial Calderón de la Barca, que decía así:

Cuentan de un sabio, que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas yerbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta, viendo
que iba otro sabio cogiendo
las hojas que él arrojó.

Quejoso de la fortuna
yo en este mundo vivía,
y cuando entre mí decía:
¿habrá otra persona alguna
de suerte más importuna?
piadoso me has respondido,
pues volviendo en mi sentido
hallo que las penas mías
para hacerlas tú alegrías
las hubieras recogido.

Este JUEVES, día 29 de enero, a las 19:00 horas, en el salón de actos del Hogar del Pensionista, le rendiremos un humilde homenaje con nuestra presencia, la de vecinos, amigas e hijos, un homenaje por la admiración que sentimos hacia Ella y también hacia todas las madres que han tenido la desgracia de pasar por una experiencia similar y aún así siguen tirando de la persiana cada mañana. Porque os queremos.